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El segundo ciclo de Russo en Boca

Este martes, el consejo de fútbol optó por la destitución de Miguel Ángel Russo como director técnico del xeneize.

A raíz de los malos resultados obtenidos, Riquelme y su equipo de trabajo le abrió la puerta de salida a Miguel. Tan solo una victoria de los últimos dieciséis partidos es lo que logró el equipo de Russo. La imagen del entrenador ya era cuestionada desde aquella derrota con Santos en semifinales de la Copa Libertadores.

Su comienzo de ciclo fue fantástico. De manera épica logró la obtención de la Superliga 19/20, con un brillante Tévez y un gran de desempeño de Pol Fernández. Donde ganó el torneo en la última fecha quitándoselo a River. Pero luego apareció la pandemia y el xeneize tuvo que esperar siete meses para volver al ruedo.

Llegada la reanudación, empezaron los problemas. Pol Fernández abandonó el club y esto generó que Miguel deba buscarle un reemplazante. Pero el pasar de los partidos demostraba que era un equipo sin funcionamiento y protagonismo. Los hinchas y la prensa lo criticaban fuertemente, pero llego un suspiro para el entrenador. Dar vuelta la serie ante Racing en la Libertadores parecía mostrar una recuperación de nivel futbolístico y motivacional.

Por desgracia, tras eliminar a Racing, quedó afuera ante el Santos de Brasil de una manera escandalosa por las semifinales. Un abultado tres a cero en condición de visitante volvió a plasmar la falta de actitud y funcionamiento del xeneize. Sus propios dirigentes expresaron su disconformidad con el equipo en los medios televisivos y en las redes sociales.

Pero para la calma de Miguel, posterior a ese resultado, conquistó la Copa Maradona frente a Banfield y eliminó en un mano a mano a River. El millonario venía siendo un calvario en este tipo de partidos y el hincha xeneize necesitaba que se logre ganarles. Este partido tapó el mal funcionamiento de Russo por unos días, pero los posteriores malos resultados volvían a ser el eje de la critica.

Miguel siempre depositó su confianza en jugadores como Franco Soldano, que nunca estuvieron a la altura. Sin embargo, el técnico siempre le daba la segunda oportunidad. Era titular en la Libertadores y su reemplazante era Ramón Ábila, quien tenía mucho mas promedio de gol. Esta fue otra razón para que el hincha se indigne mas.

Luego llegó un momento crítico, la ida de Wanchope y de Carlos Tévez. Dos pilares fundamentales en la obtención de los mencionados campeonatos. A pesar de esta situación, se venía la Copa Libertadores. En aquel momento Russo solicitó la compra de Esteban Rolón y Norberto Briasco, ambos provenientes de Huracán. También se reforzó con Nicolas Orsini y la vuelta del «Chelo« Weigandt. Sin embargo, quedó rápidamente afuera del certamen frente al Atletico Mineiro. Aunque aquí no se discutió la actuación del equipo. El conjunto de Miguel fue perjudicado por la utilización del VAR y los desempeños arbitrales.

Llegando al final de su etapa, recibió dos refuerzos mas: Juan Ramírez y el peruano Luis Advíncula. Con ellos en el plantel, eliminó nuevamente a River en un mano a mano por Copa Argentina. Pero a partir de aquel entonces, no logró ninguna victoria mas.

Arrancó el campeonato local con cuatro empates y dos derrotas. Donde fue nuevamente vistoso el poco funcionamiento colectivo. Es por eso que Riquelme decidió dar por finalizado el ciclo de Russo, quedándose con la imagen de los dos títulos obtenidos y de las dos eliminaciones frente a River.

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