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Se cumplen 40 años del primer mundial para Argentina sub-20

Aquel lejano 7 de septiembre de 1979, los juveniles argentinos se consagraron campeones del mundo por primera vez al derrotar 3-1 a la Unión Soviética con goles de Hugo Alves, Ramón Díaz y un tiro libre de Maradona. Ese viernes se disputó la recordad final en el estadio nacional de Tokio, Japón. La selección fue comandada por el «flaco» Cesar Luis Menotti, flamante campeón con la selección mayor.

Argentina, precedida por la polémica del mundial 1978, encaró con un grupo de jóvenes el sueño que finalmente fue cumplido. La mayoría arrancó en 1977, con Ernesto Duchini, un gran artífice de formación para la juventud futbolística de la época. El mismo fue el descubridor de Perfumo, García Cambón, Savoy, Jorge Olguín y Rubén Ayala, entre otros; visualizó en profundidad en las inferiores de todo el país, probó categorías enteras (como la Séptima división de Atlanta campeon, de la que quedaron el Ñato Torres y Jorge Piaggio. Se apoyó además en el «gitano» Juárez para sumar a Juan Simón (Newell’s), Rubén Rossi (Colón), Rafael Seria (Central Córdoba de Rosario) y Daniel Sperandío (Rosario Central) y les fue bajando conceptos claves como sparrings de la mayor que, con Menotti, se preparaba para el Mundial 78. A ese grupo se acopló otro joven que destacaba: un tal Diego Maradona.

Ya en el certamen mundialista, no parecieron tener complicaciones los chicos argentinos: goleada 5-0 a Indonesia, 1-0 sobre Yugoslavia  y otra goleada, un 4-1 a Polonia. Diego lloró desconsoladamente cuando Menotti lo sacó para cuidarlo en el 5-0 ante Argelia en cuartos. En semifinales, el 2-0 a Uruguay fue una revancha del Sudamericano.

Ya en la final, una parada brava contra los soviéticos. La ventaja fue primero para los soviéticos con un cabaezazo de Igor Ponomarev. Era 0-1 hasta los 23’ del segundo tiempo y la revirtieron en un tan sólo 8 minutos: penal de Hugo Alves, Ramón Díaz (goleador del torneo, con ocho) y tiro libre de Diego. Aquella selección fue implacable: seis triunfos en fugaces 13 días, 20 goles a favor, apenas dos en contra. Para el recuerdo eterno.


El equipo juvenil argentino que se consagró en aquella final en Tokio.

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