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La pasión se vive y se lee

BÁSICAMENTE FINALISTAS

El Mengao no tardó mucho en mostrar su jerarquía en el Amalfitani y goleó a un Vélez muy pasivo en cuanto al juego. Aún queda la vuelta en Río de Janeiro, pero está difícil para los argentinos.

Por el partido de ida de la Copa Libertadores, el Fortín de Liniers recibió a un Flamengo que ya vino con una fama que arrasó todo. Por lo tanto, el «Teatro Colón del fútbol argentino» se vistió con los colores italianos, haciendo referencia a su historia y también al clásico rival de su contrincante, el Fluminense. Fue una noche para el olvido velezano, no estuvo Medina en el banco, lo reemplazó su ayudante, Machado, además, el partido dejó muchísimas dudas en cuanto al rendimiento.

PRIMER TIEMPO

Los primeros movimientos fueron claros para darse cuenta que la visita no vino a pasear ni de turismo. Buenas triangulaciónes, pases precisos y eficaces, llegadas claras pero sin tanta intensidad. Los de Liniers, esperaron casi toda la primera parte en su campo, buscaron huecos en las salidas, pero sin éxito. Y así se dió el juego, el primer gol visitante llegó a través de Pedro a los 32′, una desconcentración en el fondo Fortinero lo pagó caro. Minutos más tarde, a los 45′, pese a una leve mejora en el local, el Aurinegro, volvió a golpear en los pies de Ribeiro para irse al descanso en ventaja.

SEGUNDO TIEMPO

Ya en la segunda parte, Vélez se hizo amo y dueño del encuentro, sin llegadas pero con la mente en ir para delante, con más empuje y corazón que fútbol. El Mengao se dedicó a lo que el Fortín en el primer tiempo, pero a este le salió bien, y claro, con jugadores de gran jerarquía y calidad como no lograr efectividad. El tercero de los brasileños se hizo presente a los 61′, Pedro de nuevo liquidó el partido, y, finalmente, a los 81′ directamente sentenció prácticamente la seríe de nuevo el de cabellera rubia. Fue 4 a 0.

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