A través de un comunicado, la AFA dio a conocer la suspensión de los partidos que el conjunto femenino tenía programados dentro de este mes que comenzó.
Las dirigidas por Germán Portanova, venían teniendo varias semanas de entrenamiento en el predio de Ezeiza, y estaban con muchas ilusiones de cara a los próximos compromisos pactados para el 18 y 21 de septiembre, pero nuevamente todo quedó en la nada.
Hace tan solo unos meses, había sucedido una situación similar, en donde la Selección Femenina de fútbol no pudo disputar los partidos que tenía planeados debido a una mala gestión de la entidad que rige este deporte.
“Las diversas restricciones aplicadas a los vuelos desde Argentina a causa de la pandemia, sumadas a la nula disponibilidad de lugares para las fechas pautadas, han obligado a tomar esta decisión a pesar de la voluntad de ambos equipos de disputar los encuentros amistosos. Los condicionamientos exceden a esta Asociación, que ha realizado todas las gestiones posibles para posibilitar el viaje.”
Argumenta la Asociación en un comunicado.
Es evidente que este no es un argumento válido, teniendo en cuenta que justamente en este momento se están disputando las Eliminatorias Sudamericanas de fútbol masculino con total normalidad, e incluso con público. ¿Por qué los varones sí y las mujeres no? ¿Por qué siempre hay que reclamar cosas que deberían darse por hecho?
Hace un tiempo cambió el entrenador, Carlos Borrello dejó el cargo tras más de veinte años, y le dio paso a Germán Portanova. Pero, realmente, ¿esto significa un cambio?
A simple vista parece que no, porque desde la dirección técnica, o mismo desde el lugar de las jugadoras, puede haber muchas ganas y esfuerzo, pero si los dirigentes no ponen lo qué hay que poner sobre la mesa, los sueños de ver un fútbol femenino realmente profesional, se truncan.
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