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Hizo jugar una hora veinte el segundo tiempo porque apostó por el equipo rival

El insólito hecho ocurrio en una de las ligas amateur de la provincia de Tucumán

Algo insólito sucedió este último fin de semana en una de las ligas amateur en la provincia de Tucumán. EL encargado de impartir justicia apostó una enorme cantidad de dinero a uno de los finalistas, y al ir perdiendo, hizo jugar una hora veinte el segundo tiempo hasta que su equipo logró empatar.

Todo parecía indicar que sería solo una final más de las tantas que se disputaron en esta liga amateur del departamento de Burruyacú, en esta oportunidad se enfrentaron en cancha neutral La Calera FC vs La Granja.

El inicio del partido fue parejo, como toda final, ambos equipos buscaban desnivelar desde el inicio hasta que de una jugada rápida por derecha, Pablo Olmedo puso en ventaja a La Calera.

Hasta ahí, el trámite del partido era normal, juego con mucha fricción, típico de una final que nadie quiere perder, hasta que llegó el empate de La Granja con el que se irían al descanso.

Ya en el segundo tiempo, con el correr de los minutos, el juego comenzó a subir temperatura, al igual que los espectadores que habían apostado mucho dinero a favor de uno y de otro.

Pero quien ya tenía la térmica casi a su capacidad máxima, era el hombre de negro, el encargado de impartir justicia, quien se agarró con ambas parcialidades de acuerdo por donde se movía en el campo, hasta el punto que en ocasiones los mismos jugadores debieron sujetarlo para evitar que fuera a enfrentarse cara a cara con quien lo insultaba.

Pero todo comenzó cuando La Calera amplió la diferencia, el conjunto verde se imponía 3 a 1 a su rival, si bien el encuentro se interrumpió en varias ocasiones, nada justificaba que el juez haga jugar una hora veinte el segundo tiempo.

Obviamente, la actitud del referí termino de caldear los ánimos de los hinchas que desesperados, y con justa razón, le reclamaban el final del partido.

Con la poca luz que el atardecer les ofrecía, ya que estas canchas no cuentan con luz artificial, el árbitro se encargó de hacer que La Granja, que perdía 3 a 1, empatara casi en el minuto 33” de adicional, algo realmente nunca visto, ni en el fútbol amateur, pero como en el fútbol todo se puede, más cuando el encargado de impartir justicia apuesta por el equipo que, dicho sea de paso, estaba perdiendo.

Ya sin la luz del sol, con la oscuridad que apenas podías distinguir a quien tenías al lado, el árbitro resolvió hacer patear los penales y que sea lo que Dios quiera. Como no podía ser de otra manera, todo terminó en incidentes y los policías debieron custodiar al juez para que pudiera abandonar la cancha.

En la reunión habitual de la liga departamental decidieron sacarse el problema de encima y dar por descalificado a ambos equipos, en resumen, una anécdota más para este hermoso deporte.

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