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Bronce histórico para “los pi”: La Selección masculina de voley venció a Brasil y se quedó con el tercer puesto

Los dirigidos por Marcelo Mendez fueron superiores a Brasil y ganaron la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos al igual que en Seúl 1988. 

La delegación albiceleste de voley jugó un partido apasionante, con el cuchillo entre los dientes y con el corazón más celeste y blanco que nunca, le dio otra medalla al país. 

En el primer set Argentina supo ser más inteligente que Brasil, entendió en qué momento romper la línea de tres metros con un ataque fuerte, cuando aflojar y cuando ameritaba tocar. A pesar de haberse llevado el primer set y haber sido superiores en todas las líneas, quedó el trago amargo de haber entregado muchos puntos por errores de servicio. 

El segundo fue para el rival, que mejoró muchísimo su juego y se puso a la par del conjunto albiceleste mostrando que si los de Méndez lo permitían, podían lastimar mucho. Al conjunto albiceleste le costó mucho encontrar el ataque de Bruno Lima, que se lo notó bastante fuera de partido. 

Ya en el tercero, las falencias desde el servicio continuaron, a comparación de Brasil que creció notablemente. El opuesto argentino no logró meterse en juego, y eso fue muy duro para el equipo porque uno de sus mejores atacantes estaba prácticamente anulado. De esta manera, el set cerró 25-20. 

En el cuarto set Argentina sabía que se jugaba todo o nada, y si bien fue parejo desde el marcador, a la albiceleste le costó muchísimo encontrar eficacia en el bloqueo, y Bruno Lima seguía sin aparecer. Hubo varios fallos arbitrales que despertaron la polémica, y un pisotón sin intención a De Cecco terminaron de encender el partido.

Después de eso Agustín Loser se cargó el equipo al hombro, fue impresionante el bloqueo del mendocino que marcó la diferencia. Argentina consiguió una buena rotación y recuperó la identidad que había tenido a lo largo de todo el torneo. Con el cuchillo entre los dientes, apostó al bloqueo y a los ataques del opuesto que marcaron la diferencia y forzaron el tie break. 

El quinto y último empezó con supremacía albiceleste, lo que provocó que Brasil esté muy desorganizado y desconcentrado. El bloqueo de Argentina fue imparable, Loser y De Cecco protagonizaron la primera defensa. El sanjuanino Lima se sacó la mufa de los sets anteriores y fue clave en el ataque argentino. 

Mientras tanto el rival creció por el gran recambio de jugadores, achicó la diferencia y logró ponerse punto a punto gracias a la primera defensa que impusieron ante el ataque de Facundo Conte, el máximo anotador del partido. 

Pero Argentina puso el alma, el corazón y la vida, y al igual que en Seúl 1988, se colgó la medalla de bronce. Esto es mérito de todos, los que están en Tokio, los que se quedaron en el camino, los que fueron parte de la preparación. Todos los que hace años trabajan para que el voley argentino esté en lo más alto. 

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